Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
En las recientes fiestas navideñas, uno de mis hijos menciono que estaba emocionado porque "ya iba a llegar Santa Clos", inmediatamente uno de los adultos presentes me dijo : Ah, ¿les enseñas a tus hijos de Santa Clos pero no les enseñas a creer en Dios? Mi respuesta fue "Si, pero sé que con el tiempo ellos van a darse cuenta de que Santa solo es un cuento. Además, ese mito dura solo una breve época del año y no requiere que todos los domingos lo recuerden. Lo mismo pasa con los Reyes Magos".
¿Son malos los mitos y leyendas? Yo no lo creo, siempre y cuando se consideren como lo que son y no se confundan con la realidad.
No se trata de amargar el día a nadie ni evitar participar en la tradicional partición de la Rosca. Se trata de divulgar la información relevante del caso. Y es que parecería mentira, pero juro que he platicado con personas que creen realmente que la historia de los tres magos montados en animalitos siguiendo una estrella con cola es tan cierto como "el hecho" de que de la carne podrida nacen las moscas.
Para decirlo claramente, el caso de los famosos Reyes Magos y todo lo relacionado con la infancia de Jesus, ES UN MITO. Los pocos detalles de la historia de Melchor, Gaspar y Baltazar no tienen sustento científico ni histórico. No tiene explicación histórica porque aparte de Mateo, nadie (ni siquiera los otros evangelistas oficiales) la menciona. Ningún fenómeno astronómico conocido responde al comportamiento que Mateo le atribuye a la estrella que los guió. Ni cometas, ni eclipses ni la conjunción planetaria en Piscis o cualquier otro fenómeno se detienen encima de un lugar determinado como asegura este evangelio.
No está de mas señalar que las leyendas de los "tres reyes" magos es una elaboración tardía debida a diversos individuos como Orígenes(+253), el Papa León I Magno, Cesario (+542), etc.
El relato bíblico no puede ser más explícito acerca de la naturaleza de los "magos":
"Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén diciendo: "¿Dónde está el rey de los Judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle"." (Mt. 2, 1ss)
Lo fabulesco del relato y lo artificial de la composición se evidencia en estas escasas líneas. Primero: los magos eran unos astrólogos, y toda persona con algo de formación básica en ciencia sabe que la astrología es una pseudociencia carente de fundamento y peor aún, prohibida por la mismísima "Ley de Dios"; basta leer lo que dice respecto a magos y astrólogos:
"No ha de haber dentro de tí nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique la adivinación, la astrología, la hechicería o la magia." (Dt. 18,10)
Es tan ingenua la redacción del evangelista, que luego de que los magos le preguntan a Herodes sobre el nuevo rey, le dicen que van a "adorarlo". Al parecer, estos astrólogos de fábula, tan aborrecidos por Dios fueron los primeros en adorar al supuesto "Dios encarnado" -antes que cualquier cristiano en el mundo- todo gracias a una violación de la Ley de Yahvé que conllevaba pena capital.
La total carencia de fiabilidad histórica rezuma en el resto del relato: Herodes, como el mayor pusilánime de la historia, reacciona de forma inaudita cuando le informan del rey que lo sucederá: No ofreció para acompañar a los magos y encargarse él mismo de eliminar a Jesús; no envió una cohorte de soldados con la excusa de escoltar a los magos para luego matar al niño; ni siquiera envió un espía que siguiera a distancia a los magos, para localizar a Jesús y luego eliminarlo… ¡El autor del Evangelio nos quiere hacer creer que Herodes simplemente confió en que unos magos completamente extraños le indicarían dónde estaba el aspirante al trono! Quiere hacer creer el absurdo de que uno de los reyes más sanguinarios que tuvo Israel confió de forma ingenua en que le informarían la localización de quien amenazaba su reinado.
El emperador Claudio se refirió a la calidad sanguinaria de Herodes al decir que prefería ser cerdo de Herodes que hijo suyo. Esto era un juego de palabras: en griego, "hijo" es "hyos", mientras que "cerdo" es "hys"; Herodes como todo Judío no podía comer cerdo, mientras que sí asesinó a sus hijos sin muchos miramientos. La falta de historicidad de Mateo es patente al tratar de convencer a sus lectores de que un gobernante sanguinario, acostumbrado a intrigas de corte, traiciones y asesinatos, iba a ser tan tonto de confiar en unos extraños para que le refirieran la localización de quien amenazaba su reinado. Esto delata la naturaleza ingenua y fabulesca del relato. Ningún rey que viera amenazado su reino actuaría de forma tan absurda.
Los absurdos no terminan ahí. El desempeño de la estrella como guía es otra fantasía inaceptable: el misterioso astro surge en Oriente y "guía" a los magos, no a Belén, donde estaba el niño, sino a las mismísimas manos de Herodes; luego desaparece, justo en el instante preciso como para que Herodes se entere de las intenciones de los magos. Cuando salen de palacio, la estrella reaparece y los guía justo hasta el lugar donde estaba el niño. Dicho astro habría sido el causante de la matanza de los "inocentes de Belén", pues si hubiera funcionado como era debido, llevando a los Magos directamente al Jesús, ninguna muerte hubiera ocurrido (aunque en realidad, tampoco existen evidencias de tal masacre).
¿Cómo se explica la estrella de Belén? Ha habido centenares de científicos que han tratado de encontrar torpemente una presunta historicidad en el relato de la estrella, por desconocer los métodos de falsificación de los evangelistas. Se han sugerido meteoros, cometas, conjunciones planetarias, novas, y un sinfín de tonterías que rechazarían lógicamente si quienes las proponen pensaran con seriedad lo planteado por Samuel Reimarus (+1768): "Un cometa con cola está demasiado alto como para apuntar a una determinada casita". En la mitología antigua era común asociar portentos celestiales con el nacimiento y muerte de las personalidades y eso fue lo que inventó Mateo para su personaje. No se deben aceptar ingenuamente seudoexplicaciones astronómicas para un mitos fabulesco.
Resumiendo, la historia sobre el censo que ordenó Herodes, en la ciudad natal de cada habitante, y que llevó a José y María a Belén, no encuentra respaldo en los documentos romanos. Con esta historia, el autor del evangelio de Mateo buscaba convencer a los judíos que Jesús era el Mesías, ya que las profecías judías dicen que el Mesías nacería en Belén. Así que la historia de un censo en la que cada habitante tuviese que viajar a su ciudad de origen es un invento del autor de Mateo. Es importante recalcar que ningún gobernador hizo viajar a las gentes a sus ciudades de origen para ser censadas. Eso es absurdo, poco práctico y no sirve al verdadero propósito que tiene un censo: Saber qué personas viven en una determinada zona para colectar impuestos. Esta leyenda no tiene ninguna evidencia histórica.
La muerte de niños inocentes ordenada por Herodes a fin de matar al niño Jesús, también está ausente de los registros romanos. ¿Es posible que después de semejante masacre ningún historiador haya dicho algo al respecto? Eso es muy extraño, ya que los romanos eran muy meticulosos en cuanto a la historia escrita.
Podemos ver ahora cómo todo lo que supuestamente "se sabe" del nacimiento e infancia de Jesús no pasan de ser unas fábulas amañadas, escritas para dotar de divinidad a un predicador oriundo de Nazaret que terminó sus días en el tormento. Toda la tradición navideña de María encinta sobre un burro, con José a su lado, con cantos de ángeles, con pastores, con reyes magos que llevan presentes, con matanzas de niños y la demás parafernalia, no es más que una ficción literaria para divinizar a un predicador Judío que profetizaba que el fin de los tiempos llegaría en el siglo primero de nuestra era.
LINKS:
http://digital.el-esceptico.org/leer.php?id=1634&autor=328&tema=20
http://www.escepticoscolombia.org/detalleContenido.php?id=articulo_fabulasNavidad
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