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El problema de la constipación infantil no debe ser subestimado: de acuerdo a una reciente investigación realizada en hospitales de los Estados Unidos este trastorno es más común de lo que se cree y, no sólo eso, sino que también para el gasto público puede traer costos de gran magnitud como otros problemas como el asma o el déficit de atención y la hiperactividad (TDAH).
Este estudio, publicado en Pubmed.gov, y que saldrá en la próxima edición de la revista especializada Journal of Pediatrics, se basó en centenares de niños y jóvenes, menores de 18 años, que padecían de estreñimiento.
Aquellos niños que sufrían de este trastorno debían concurrir más frecuentemente a los servicios de salud, lo que a su vez significa para el estado un costo adicional del orden de unos 3.900 millones de dólares cada año.
Por estos motivos, los expertos advirtieron sobre la falta de información o de campañas destinadas a tratar de revertir esta situación, como sí sucede con otros problemas como el asma o el TDAH.
"A pesar de que suele ser considerada una condición relativamente benigna, se ha demostrado que el estreñimiento continuo en la infancia está asociado con una significativa disminución de la calidad de vida", resumió el autor del estudio, Carlo Di Lorenzo, jefe de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición en la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Ohio.
"La situación que diariamente genera el estreñimiento puede ser emocionalmente devastadora, y también puede tener un impacto en la salud general y el bienestar de los niños afectados y hasta de sus familias", explicó.
Además, y un punto no menor, es que "en muchos casos, la constipación de los chicos puede prevenirse o corregirse mediante cambios saludables en la dieta y algunos cambios de comportamiento", aseguró al respecto Hayat Mousa, gastroenterólogo pediátrico del Children's Hospital.
Para los casos leves de estreñimiento, los médicos aconsejan incorporar a la dieta ciruelas o jugo de manzana, alimentos con alto contenido de fibra como cereales integrales o panecillos negros. Y, de ser necesario y bajo consejo médico, algún laxante indicado para niños.
Ahora bien, si el problema persiste, los padres deben buscar el asesoramiento de un médico, concluyeron los especialistas.
Vía Yahoo.com.ar
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